Todas nuestras salidas los sábados (habitualmente), con las rutas que hacemos y las crónicas posteriores correspondientes, relatadas por alguien con "don de palabra".



lunes, 2 de abril de 2012

Parque Natural de Alcalá de Henares

El punto de salida era el parking de tierra de otras veces que hemos ido por allí, donde tras las presentaciones oportunas, Victor descubre sus cartas, con una Giant de doble suspensión a la que le pasa como a la bici de Chamorro (que no deja indiferente).

Iniciamos la andadura, adentrandonos en un pinar, donde hay que sumar que el sendero tira hacia arriba, con una cierta dificultad técnica.  Los primeros tramos son algo complicados, en algun momento hay que bajarse de la bici por ser casi imposible subir (que incluso cuesta bajarse, la estrechez del sendero era cojonuda y a un lado nos mirada desde el fondo un barranco guapo).

Tras estos primeros kilómetros y coronar una de las cimas de las que teniamos por delante, nos vamos para abajo, llegando hasta una pista donde se llanea comodamente, que no tiene nada que ver con zona de pinar que habiamos dejado atrás. Zona de charleta entre los bikers y recuperación, porque otra vez nos ibamos para arriba, primero continuando por pista y luego otra vez en zona montañera, con camino con muchas piedras, roderas, tierra muy suelta...

Después tenemos una zona intermedia de la ruta, sin mayor interés, ya que se puede describir de igual modo que lo que habiamos hecho hasta ahora. Salimos de esa zona para meternos por un sendero en la zona baja del parque, muy divertido y rápido, pasando por debajo de las raices de los arboles, ya que es una zona muy erosionada.

Aqui hay un momento que no se puede olvidar. Se llega a un punto, donde hay que hacer una bajada algo complicada, y que por parar frente al descenso, se ve el peligro y se tira de freno (muy tipico, si te tiras de primeras, bajas sin problema). Pues hay dos chavales, que animan al personal a bajar, diciendo que no es tan complicado como parece, y para muestra de ello, se ofrece uno de ellos a que observemos como lo hace él. El resultado es, que por hacer el vacilón, se pega una ostia de impresión (toco freno delantero y salió por encima de la bici, volando y cayendo de cara al suelo). Milagrosamente, no se hace nada (aparentemente) y por orgullo, quiere bajarla otra vez. Nosotros le decimos que no hace falta, que nos lo creemos que sí la baja, pero ni puto caso, y nada, que se tira, lo flipa, le aplaudimos y nos vamos (Mención aparte, tenían colocón cojonudo, vaya par de fumetas...).

Abandonamos esta zona, y como no podía ser de otra manera, tras otros poquitos kilómetros, llegamos hasta la famosa senda del "lagartijo". A mitad de bajada, parada técnica para socorrer a otro biker, que llevaba kilómetros y kilómetros con la cadena en la mano, la que intentó arreglar a golpe de piedra (eran un grupo de 8 y ninguno tenia tronchacadenas ni eslabones rápidos, vaya manitas los colegas). Finalizamos la zona del lagartijo, disfrutando a tope.

Nos quedaba un último tramo, del que podíamos haber prescindido, dados los kilómetros que llevabamos ya, pero las ansias de hacer la ruta completa podían y nos dispusimos a ello. La parte inicial, era por pista muy llevadera, y luego un tramo de sendero muy complicado que hubo que hacer a pie. Así llegamos hasta el torreón de piedra y bajando hasta el margen del rio.

Sólo nos quedaban apenas 3 kilómetros para finalizar, donde la mala fortuna se adueñó de Laura. La ruta pasaba por un sendero a mitad de ladera, sumamente estrecho, donde el pedal izquierdo rozaba con la pared de tierra y a la derecha teniamos un cortado cojonudo de caida hasta el río. Iniciamos el tramo, Laura a cola y cuando llegamos al final, recibimos llamada de teléfono, que ha caido y se ha ido cortado abajo hasta el río. Deshacemos el camino tan rápido como podemos, pensando en alguna lesión grave y cuando llegamos a donde se encuentra, no imaginamos como sólo se resiente de un tobillo y de una rodilla (hay una altura de unos 8 metros, donde primero pudo rodar por tierra, pero luego la caida es al vacio). La bicicleta se encuentra encima de un árbol, enganchada, por debajo de ella. Es complicado hasta bajar a la zona, donde Alberto tiene que dar un buen rodeo, pero tras esto, una vez arriba y retornados al camino, ella se encuentra más o menos bien, y la bicicleta no tiene grandes desperfectos (por no decir ninguno). Todo quedó en un susto.

Llegamos al final con más pena que gloria, hoy sin cañas porque se nos fue la hora, pero otro día ¡¡¡serán dobles!!!!

Ruta exigente, tanto física como técnicamente, y apesar de tener destreza con la bici, algunos tramos, hasta para tenerles respeto...

P.D. Laura, te deseamos una pronta recuperación, y que ya mismo te veamos otra vez dando pedales con nosotros...

No hay comentarios:

Publicar un comentario